Los 3 niveles de aceptación

 

Nivel 1 – La esencia de la autoestima

En el primer nivel encontramos la cualidad más profunda de la autoestima. Es la creencia básica de que eres digno/a de existir y que tienes derecho como ser humano a vivir una vida digna y feliz.

Solo por el hecho de existir, de ser humano/a, tienes derecho a tener deseos y intentar satisfacerlos, tener emociones y expresarlas, de vivir, amar y aprender.

La persona que no se acepta a este nivel estará en constante lucha interior y tenderá a sabotear sus propios éxitos, negar sus logros y huir de sus sentimientos positivos ya que en el fondo siente que no los merece, que se deben a la casualidad o que son un error.

Nivel 2 – Aceptar tu personalidad

El segundo nivel consiste en aceptar la manifestación de tu personalidad, aceptar tus pensamientos, tus emociones y tu comportamiento, tus acciones y permitirte experimentarla sin bloqueos.

A veces es difícil aceptar ciertos rasgos de nuestra personalidad o nuestro físico cuando nos desagradan y no queremos centrarnos en ellos.

¿Te comportas de forma fría con otras personas? ¿Eres tímido/a? ¿Te preocupas poco por las personas que te rodean? ¿Crees que no puedes confiar en otras personas? ¿Tomas riesgos sin valorar las consecuencias? ¿Te sientes muy inseguro/a ante situaciones nuevas? ¿Eres desorganizado/a? ¿Piensas que tu trabajo actual no aporta nada a la sociedad?

Tendemos a negar inconscientemente nuestras emociones negativas, nuestros pensamientos indeseados y las decisiones de las que nos arrepentimos. Aceptarlos no significa que tengamos que aprobarlos, sino que nos permitimos reconocerlos y experimentarlos de forma natural.

Nivel 3 – Ser tu propio amigo/a

Imagina que acabas de ver el Ferrari nuevo que se ha comprado tu jefe y te mueres de envidia por dentro. Por suerte eres consciente de tu envidia y te permites experimentarla plenamente.

El nivel 3 que consiste en tratarte como un buen amigo/a lo haría. ¿Qué haría un buen amigo al ver tu envidia frente al coche de tu jefe? Tu amigo te diría que no es malo sentirte así y te preguntaría porque sientes envidia. ¿Quizás tus ingresos no te permiten vivir como te gustaría? ¿Quizás te gustaría ser una persona exitosa y popular? ¿Quizás te molesta que tu jefe derroche el dinero en un coche tan lujoso?

Ser tu propio amigo/a implica analizar y entender las causas y consecuencias de tu comportamiento, el origen de tus emociones y pensamientos, ser comprensivo con tus errores y animarte a mejorar tus puntos débiles.



Comentarios